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, que tiene hasta 15 días para aprobarla o vetarla. La propuesta prevé que los partidos podrán ser interrumpidos cuando se registren
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"La interrupción durará el tiempo que el organizador del evento o el delegado del partido juzgue necesario y hasta que cesen las actitudes reconocidamente racistas", explicó el legislativo regional en un comunicado.
En caso de que los
ataques o
manifestaciones racistas sean promovidas por grupos o de forma reincidente, el partido podrá ser suspendido definitivamente,
"posibilidad que será informada al árbitro por la organización del evento o el delegado del compromiso".
Las medidas forman parte del llamado
"Protocolo de Combate al Racismo" que permite que cualquier aficionado denuncie
conductas racistas ante las
autoridades presentes en el
estadio y que las quejas sean inmediatamente notificadas al organizador del evento y a los árbitros.
"Somos la primera casa legislativa del país en aprobar un proyecto de combate al racismo en los estadios y eso nos enorgullece. Tenemos que extirpar ese cáncer de una vez por todas", afirmó el diputado izquierdista Profesor Josemar, autor del proyecto de ley.
Según la
Alerj, la medida es semejante a la ya adoptada por la propia
Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) cuando se registran
cánticos homofóbicos en los estadios y que prevé la
paralización del partido.
La medida del legislativo de Río de Janeiro se suma a otras ya adoptadas por la
CBF, que se convirtió en la primera
federación de fútbol del mundo en incluir en su reglamento
sanciones como la pérdida de puntos en las competiciones en Brasil a los equipos que cometan actos de racismo.