Sin lugar a dudas, el azar y la suerte tienen un gran peso en lo que respecta a la forma en la que se distribuyen las oportunidades en el poker. Esto se debe a que la repartición de las cartas se da de forma aleatoria, por lo que se puede entrar en una “mala racha” y, de esta manera, es posible tener una mayor dificultad para conseguir un buen juego.
Por lo tanto, a continuación, te vamos a contar de qué manera funciona el poker y por qué la suerte no es determinante para conseguir buenos resultados. Así como también te contaremos cuáles son algunas de las estrategias que emplean los profesionales para revertir las malas rachas de suerte y lograr resultados increíbles.
Un deporte mental
Desde 2009, en todo el mundo, los juegos de póker son considerados como un deporte mental. Es por esta razón que se dejó de tomar como referencia a la suerte, como ocurre en otros juegos de azar como la ruleta, por ejemplo. Así como también se comenzó a priorizar la habilidad de los jugadores en lo que respecta al control de los parámetros y a la potenciación de sus habilidades.
La definición concreta de deporte mental consiste en una actividad que puede estimular cognitivamente a los jugadores y que exige un entrenamiento y una práctica al momento de mejorar las habilidades de razonamiento necesarias para realizarlo correctamente. Asimismo, los deportes mentales pueden enfrentar a dos contrincantes que buscan superarse uno al otro adaptando a su favor las normas que rigen el juego y buscando una forma más eficiente de lograr el objetivo del juego.
A partir de la consideración del poker como un juego mental, fue posible comenzar a comprender mejor los procesos mentales necesarios para ser un
un jugador profesional. Además de que se comenzó a priorizar la forma en la que influye el factor humano sobre el condicionamiento de las condiciones del juego.
La importancia de saber “leer” al oponente
Una de las destrezas mentales más notables que exige el poker es la capacidad de anticipar las acciones del oponente y tratar de deducir cuál será su juego a partir de las señales que brinda. En el ajedrez, la anticipación funciona de la misma manera, por ejemplo, ya que un oponente debe ser capaz de adivinar de qué manera va a comportarse su rival y, a partir de la predicción de sus movimientos futuros, ir armando su propia estrategia.
En el poker, la deducción se da a partir de los gestos faciales, de la posición del cuerpo y, en muchos casos, algunos jugadores profesionales incluso lo describen como una “intuición” que les permite saber o tratar de entender cómo se comportará la otra persona. A partir de este conocimiento, es posible armar un juego en respuesta, saber cuándo retirarse de cada mano o saber cómo manipular el juego con las variaciones en las sumas de las apuestas.
Esconder tu propio juego para que no puedan anticiparte
Al igual que un jugador puede leer a su oponente, su oponente puede leerlo a su vez. Es por esta razón que es fundamental esconder el propio juego y articular los gestos para despistar al rival.
Para lograr estos objetivos, resulta conveniente practicar el control del propio cuerpo, comenzar a comprender los tipos de gestos irracionales que realizas y tratar de disimularlos. Hay muchas señales corporales que pueden delatar tu propio juego, por lo que resulta fundamental comprender estos factores y prevenirlos de todas maneras.
En conclusión, hay muchas formas de controlar las variables que se van dando a lo largo del juego y de mejorar tu suerte. Es por esta razón que no se trata de un juego de azar en el que los participantes no tienen prácticamente ningún peso sobre los resultados que se van a dar.