Miguel Truzman Tamsot: No insistan
Nada impedirá que el pueblo judío todo, mantenga sus tradiciones, que festeje sus victorias y hazañas, a pesar del profundo dolor por la masacre del 07 de octubre
Globovisión G | 05-12-2023 01:26 pm
Mañana el pueblo judío arriba a un nuevo aniversario de la fiesta de Janucá llamada también la fiesta de las luces.

Celebramos el milagro ocurrido cuando los Macabeos rescataron el II Templo de Jerusalén que había sido grotescamente profanado por el Imperio Seléucida y al tratar de prender la Menorá, otro de los símbolos sagrados del Pueblo Judío, solo se encontró aceite purificado para 1 día, pero en forma sorprendente y milagrosa ese escaso aceite duro 8 días.

En esa época siglo II a.e.c, un personaje más en la historia, quiso humillar al pueblo judío, ordenando la prohibición de la realización y desarrollo de su fe, de sus tradiciones, tratando de imponer su cultura Helénica y se estrelló contra un muro infranqueable construido de alma y materia, de oración y de fuerza, de espíritu y materia, que ha sido a través de los milenios, la bisagra que ha permitido que el pueblo judío este hoy presente, vibrante y que el Estado de Israel sea una milagrosa y potente realidad.

En cuanto a la historia de Janucá, podemos decir que el conquistador Alejandro Magno persuadido por sus asesores quienes eran enemigos de los judíos, cabalgo con su ejército inmenso a Jerusalén para destruir el templo y a sus pobladores, por supuesto judíos, estamos hablando del siglo IV a.e.c., pero esa noche antes de su llegada a dicha ciudad, se le apareció un ángel en un sueño y le dijo: “yo soy el ángel que ha sido enviado por D´os delante de ti para conquistar para ti poderosos reinados. Ve a Jerusalén y cuando estés allí y veas a un hombre vestido de blanco con mi aspecto y apariencia, te prosternarás ante él y todo lo que te diga habéis de hacer”.

Y así sucedió, apenas Alejandro magno llego a Jerusalén, a su encuentro salió el Sumo Sacerdote, cumpliendo Alejandro Magno la palabra del Ángel, por lo cual en su reinado siempre hubo una relación de respeto y fraternidad con los judíos.

Lamentablemente al morir, sus Generales empezaron a guerrear entre ellos y 2 siglos después, llegó Antíoco IV Epífanes años 175 – 164 a.e.c, quien es el personaje siniestro de nuestra historia, que nos recuerda que justo en aquella Judea que trato de pervertir Antíoco con sus dioses paganos ya hace casi 2.200 años, hoy en día lo que sería Israel, Jordania, los territorios palestinos, se está librando otra guerra, una más que pone de manifiesto el temple y voluntad inquebrantable del pueblo judío y el Estado de Israel, de resistir, de defender e infringir al enemigo otra derrotas más, a este afán perverso de imponer a sangre y fuego una visión radicalizada de su fe, que en caso de lograrlo, llevaría indefectiblemente a la humanidad a la barbarie.

En esa idea sesgada de dicha fe, la mujer no puede caminar sola, siempre debe estar acompañada de un familiar hombre adulto y por supuesto ir detrás; no puede manejar, estudiar y si lleva el burka en forma inapropiada a los ojos de la “policía de la moral” que hacen las rondas por las calles de la ciudad, será apaleada o muerta por transgredir las tradiciones y costumbres de los barbaros.

Bueno a esos individuos los aplauden y manifiestan en su favor las feministas, los movimientos sociales por la liberación de cuanta cosa se les ocurra, los zurdos, los movimientos LGTBIQ+, etc., etc., es decir el desquiciamiento total, que vemos en vivo y directo.

Ayer al igual que hoy, nada impedirá a pesar del profundo dolor por la masacre del 07 de octubre, de los rehenes que siguen en las catacumbas del horror y los ya 80 soldados caídos en Gaza, que el pueblo judío todo, mantenga sus tradiciones, que festeje sus victorias, hazañas, lo haremos con el corazón roto, pero palpitando siempre por ser parte de esa gloriosa e inigualable historia, de conmemoraciones y festejos, de llantos y de alegrías, de caer y levantarnos, eso estimados lectores es lo que espera el Creador de nosotros, que siempre nos levantemos, que así como hay luz, hay oscuridad, que el ángel caído nos tratará de someter y corromper, por eso cada cosa positiva que hagamos en nuestra vida, encenderá un poco de luz en esa inmensa oscuridad en que se ha convertido la humanidad.

Por Miguel Truzman Tamsot 
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