César Burguera: La Toma de Puerto Cabello y su solemne Bicentenario
"Puerto Cabello ha recobrado su resplandeciente presencia, ha recuperado su indiscutible condición de ser principalísima urbe portuaria"
Globovisión G | 08-11-2023 04:38 pm
Opinión.- El inolvidable bicentenario. Existe la convicción de que la providencia escogió, de manera rigurosa, a diferentes ámbitos terrenales, a consagradas ciudades para fijar el definitivo rumbo de nuestra propia historia. Es exhibir la certeza que dentro de sus seculares espacios, en sus interminables calles se narra, con indescriptible claridad, los sucesos que han configurado la indeleble huella y destino de la reverenciada patria. Estas ciudades asumen, con absoluta propiedad, el ágil ejercicio de poder conjugar pasado, presente y futuro, porque se han convertido en sobresalientes testigos de cada una de las heroicas gestas y así haber obtenido la estimada posición de estar destinadas a convertirse en privilegiadas protagonistas del futuro mismo del país.

En fin, son ciudades ungidas de ese entrañable concepto de ser imprescindibles y perpetuas. Dentro de esos verdaderos santuarios terrenales, de esas geográficas localidades surge e irrumpe la infinita ciudad de Puerto Cabello, asentada en el litoral de Carabobo, ejerciendo la medular función de ser custodia del impetuoso Mar Caribe que parece trasmitirle, de manera incesantemente y a través de su tenaz oleaje, su desmedida fuerza y fortaleza. Puerto Cabello ha recobrado su resplandeciente presencia, ha recuperado su indiscutible condición de ser principalísima urbe portuaria ante el irrenunciable esfuerzo de un gobierno regional eficientemente dirigido por uno de sus más comprometidos hijos, que desde su misma niñez, selló el definitivo pacto con su pueblo y la ciudad, esa misma que lleva hasta en los tuétanos.



Es Rafael Lacava asumiendo, con desmedido orgullo, la restitución de Puerto Cabello, que parece hábilmente escapar de sus propios y rígidos límites para extraviarse en el atlas secreto del viajero que lleva esa realidad en sus alforjas, para multiplicarla por todo el territorio nacional. Nos convoca la memoria, el vehemente calendario patrio nos señala, con rigurosa precisión, una de las fechas cimeras de la gesta libertadora e independentista. Con protocolar vestimenta se presenta el 8 de noviembre del 2023 para conmemorar el bicentenario de la Toma de Puerto Cabello y es que 200 calendarios han caído o se han entregado ante aquel esfuerzo propulsor de la hazaña libertadora. Por ello los días ilustres, como el 8 de noviembre de 1823, carecen de estatuas, pero perduran, por su trascendencia, en el fervor ascendente de los pueblos.

El impecable ejercicio castrense de la Toma de Puerto Cabello concluye con la categórica ocupación del emblemático Castillo San Felipe, último bastión o reducto realista, imperial y monárquico en territorio patrio y se exhibe como el épico evento que coloca definitiva rubrica a la guerra de independencia y al dominio español. Con la Toma de Puerto Cabello se concretaba, adquiría forma y figura aquel sueño del padre Bolívar y que plasmará, de forma profética, en su imperecedero juramento en el Monte Sacro, bajo la devota mirada del maestro Simón Rodríguez. Ante ello y ahora, más que nunca, se presenta San Juan Bautista de Puerto Cabello como la “Puerta grande de Venezuela”.

El hijo pródigo. Se presenta la fisonomía y alma de esta entrañable ciudad portuaria, metrópoli de sueños y versos, situada simplemente a 0 grados del meridiano del corazón de todos los habitantes de este ungido territorio costero, esos mismos que secularmente han llamado compatriota al Mar Caribe. Con esta transcendental fecha también arriban, como viajeros que van en posta, quienes en el tránsito o trayecto de sus vidas llegaron a acumular la fuerza necesaria para convertirse en auténticos vencedores de la muerte.

Es la exacta combinación de innumerables generaciones. Por ello este 8 de noviembre del 2023, notable fecha del bicentenario de la Toma de Puerto Cabello se convertirá, sin duda, en inolvidable página antológica de estética democrática, de admirable justicia ciudadana. Existe en el ambiente, cargado de ilusión y esperanza, la indescriptible sensación de que todos los residentes de esta tierra, los que nunca se han separado de ella y los que aún residen en Puerto Cabello, aunque se ubiquen geográficamente en otras latitudes o regiones, han arribado al unánime acuerdo de testimoniar el reconocimiento, la gratitud y aplauso que se ha forjado Rafael Lacava por la forma como ha sabido enaltecer el gentilicio porteño, la presencia perenne de Puerto Cabello, en todas sus irrenunciables actuaciones, en cada una de sus gestiones oficiales y más importante en su diario comportamiento que es el cultivo de su voluntad de servicio en el ejercicio sistemático de su ilimitada capacidad creadora.



Dentro del considerable conjunto de la obra de Rafael Lacava llega a irrumpir, con inusitada fuerza, el diario y terco esfuerzo por reivindicar y devolver el orgullo a sectores o esferas acostumbradas quizás a observarse, desde hace mucho tiempo, relegados al más oprobioso olvido que yacía indolente o extraviado por la cotidianidad de una inaceptable rutina. Ante este solemne bicentenario de la Toma de Puerto Cabello, este 8 de noviembre del 2023, nos convertimos en excepcionales y privilegiados testigos de conductas edificantes, hasta el punto de que en el futuro no se le podrá considerar a Puerto Cabello la tradicional denominación de Patria Chica porque la altura espiritual de sus hombres y mujeres le ha comunicado el carácter de comarca muy grande, dentro del emocionado concepto de la patria inmensa.

Bajo la insigne fachada del Fortín Solano, ante el espigado monumento del Espíritu Guerrero, se puede observar cómo se colma todo un pueblo de ese encendido concepto de nación, es saber que palpita diariamente la esperanza, que el porvenir está asegurado y que Puerto Cabello como Carabobo se erigen como el más sólido aval y en el mas cristalino ejemplo. Rafael Lacava le restituyó a su natal terruño, a su gente, el protagónico rol de ciudad eterna, de perenne urbe portuaria. Quiso el consecuente destino que Rafael Lacava asumiera la primera magistratura de esta heroica entidad federal y como gobernador convertirse en estelar protagonista del bicentenario de la Batalla de Carabobo y el bicentenario de la Toma de Puerto Cabello. La ciudad de Puerto Cabello y el 8 de Noviembre son símbolos ligados ya, definitivamente, en el encendido concepto de la patria, hasta el punto de que en la geografía emocional ocupa la efemérides el mismo sitio de excepción que ostenta la ciudad. Por todas esas razones, gloria a la urbe y gloria a la fecha, capitales las dos del tiempo, de la esperanza y de la historia. Y esa es la verdad.

César Burguera 
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